Sola en Lisboa

Así es Mori. El día extra en Lisboa estuvo de lujo. Salimos esa noche de bares y había más público en las calles que el día martes. Un grupo entre los dos chilenos, Scott, una española encantadora, la austríaca de Salzburgo, que resultó ser simpatiquísima (recordé tus comentarios sobre el humor austríaco, genial, muy irónico!), la chica australina, la canadiense y Mr. Oasis. Estuvo divertido, relajado y buena onda.

Partimos con una cervezas en un local que se llama Pavilhão Chinês, con una decoración graciosísima de soldaditos de plomo y miniaturas bélicas. Luego nos fuimos a un lugar donde tocaban jazz, de nombre Velvet. Como no parecía tener demasiado ambiente, pasamos un rato por el lugar de reggaeton del día previo, pero muy-fome-reggaeton-dos-veces-seguidas. Cero ambiente. Así que volvimos a Velvet y escuchamos jazz en portugués, una tipa que cantó realmente con una voz preciosa. De ahí el amigo nuevo que nos postea, bien simpático, pero vamos a tener qu emandarle un par de links sobre Chile. Después de eso, con alguna gente partimos a Lux, una gran discotheque en el sector de los muelles, pasada la Plaza del Comercio. Obviamente no había nadie y solo tenían abierto un piso, pero valía la pena por la decoración, con proyecciones en las paredes y espejos y todo. Ahí entre que bailamos entre los que éramos y el vacío.

Gracioso. El día volví a Belém, pero esta vez abierto. Estuve más que nada en el centro cultural, viendo al exposición del Museo de Diseño y la Bes Photo, con los ganadores del concurso de fotografía portuguesa de este año. Me gustó verlo.

Paseé luego buscando botas. Y no me compré nada! Habrá que invertir en Madrid. Nos vemos lueguísmo. Escribo ahora ya en MAD mientras duermes.