En este minuto estoy en Madrid, pero quiero hablar de Barcelona.
Comenarios al paso:
1. Me gustó el estilo de comida rápida que hay en este país: el pan cruje y los rellenos tienen estilo. Me comí en el Raval, en la plaza Corominas (snif a las etimólogas!) un bocadillo de York con queso azul derretido que tenía la ventaja de ser el tamaño justo para poder comerlo relativamente como señorita.
2. Bajada de la Gloria. Bueno, en vez de bajarla, la subí. Increíble, nada que envidiarle a cualquier escalera de VAlpo o calle de SF: desde al cima, se ve la panorámica de todo Barcelona y es realmente bello. Además, es una de las entradas del Parque Güell. Sólo al llegar arriba me enteré de que el parque no era parque sino cerro.
3. Barcelona gótica: me parece que en Barcelona todo es gótico; barrio gótico, iglesias góticas, gente gótica. Las ofrendas en las iglesias son velas en vasos rojos (mucho más estilo que las velas falsas blancas que he visto en Madrid). La gente, aunque tome chocolate tranquilamente en una chocolatería y ande vestida de blanco -igual el negro se usa harto, aunque no vi grupos tipo tribu urbana- tiene los párpados superiores levemente destacados y unas ojeras algo oscuras que les hacen ver encapuchados a toda hora. Me los imagino a todos saliendo sigilosamente de los pórticos, llevando mensajes secretos... Mirando hoy los cuadros góticos del Prado comprobé que el tema de los párpados superiores es una constante ¿Cuál será el origen?.
4. El acuario es verdaderamente NOTABLE. A quien vaya, le recomiendo entrar si está minimamente interesado en el estilo Discovery Channel. Y si va con niños, inolvidable, piso de arriba y piso de abajo son hiperdidácticos y tienen especies muy distintas a las que vemos en nuestras costas. Salvo el pingüino de Humboldt! Pobrecillos, los he visto en mejores condiciones...
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